martes, 7 de junio de 2016

¿Por qué unas pinzas me hicieron pensar en Lot y en su mirada a la mujer de sal?


A veces se lee la historia bíblica de Lot. La imagen de su mujer, convertida en sal al mirar la destrucción de Sodoma y Gomorra, ha dado lugar a una metáfora que se ha usado durante siglos. Pero, por un momento, no me intrigó tanto la mirada de la mujer, como la de él mismo. ¿Miraría a su mujer o no? No se habla nada de sus sentimientos, como si allí no hubiera pasado nada, o se hubiera librado al fin quizá de una mujer tentada por las gomorritas. ¿Quizá ella intentó recordar a alguna amante prohibida? Busqué datos sobre el tema y encontré dos hermosos poemas sobre este tema: uno de Anna Ajmátova, y otro de Wislawa Szymborska. Pensé también en ese momento en que uno pone pinzas a la sumisa, y ésta se convierte en estatua, quieta, quizá pensativa. ¿Qué mira, qué siente más allá del dolor? ¿También mirará atrás en su vida?

Versos del poema de Ajmátova: "Pero mi corazón no olvida/ a la que dio la vida por una mirada".
Versos del poema de Szymborska: "(miré atrás...) Por la súbita certeza de que, si muriera/ ni siquiera se habría detenido./Por la desobediencia de los sumisos"
 
C2

 
 

2 comentarios:

Niki McGill dijo...

Cual la muerte de Lot - Juana de Ibarbourou

Un perfume de amor me acompañaba.
Volvía hacia la aldea de la cita,
bajo la paz suprema e infinita
que el ocaso en el campo destilaba.

En mis labios ardientes aleteaba
la caricia final, pura y bendita,
y era como una alegre Sulamita
que a su lar, entre trigos regresaba.

Y al llegar a un recodo del camino
tras el cual queda oculto ya el molino,
el puente y la represa bullidora,

volví atrás la cabeza un breve instante,
y bajo el tilo en flor, ¡vi a mi amante
que besaba en la sien a una pastora!

Ame dijo...

Mujer de sal ... ese detalle se quedó en mi memoria y parecía tan, sin importancia, los versos son hermosos.
Cerrar los ojos, aspirar profundo e intentar concentrarse para quedarse cerca del dolor, al mismo tiempo que, adentrarse en el placer, el de ambos.

Un abrazo